“Salvados por la campana” de Brian Germain
El vuelo de campana es el aspecto más importante y más difícil de la enseñanza en paracaidismo.
La mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que el vuelo de campana es el aspecto más importante y más difícil de la enseñanza en paracaidismo. Dentro de este objetivo general esta la capacidad de volar un patrón de aterrizaje seguro y consistente. Esto es crucial para todos, desde el más alto nivel de experiencia hasta el principiante. La clara necesidad de mejora en este ámbito se ha demostrado una y otra vez con la frecuencia inaceptable de las colisiones y los accidentes de giros bajos que han afectado a nuestro deporte por mucho tiempo.
La aviación general ha puesto en marcha muchas nuevas tecnologías para ayudar a los pilotos en la navegación. Estas herramientas han mejorado la seguridad de la aviación, y dichos productos no se consideran apoyos, sino una parte necesaria de un vuelo seguro. Avances similares se encuentran disponibles comercialmente para paracaidistas, pero muchos no incluyen estos instrumentos en su “caja de seguridad”, no al menos en todas las metodologías de la enseñanza primaria. Ya es hora de que esto cambie.
“Conciencia de altitud”(Altitude awareness) no es algo que se termina una vez que la campana se abre. Saber exactamente a qué altura estamos en toda la aproximación y el aterrizaje es de vital importancia para mantener la coherencia en nuestro patrón, y muchos de los dispositivos analógicos tradicionales no pueden ofrecer datos verdaderamente dignos de confianza o precisión. Los altímetros digitales que están ampliadamente disponibles son exactos dentro de los diez metros más o menos, pero tienen un defecto trágico: el piloto debe mirar hacia otro lado de la tierra, y lejos del tráfico, con el fin de acceder a la información.
“Tener agua disponible no garantiza que los sedientos vayan a beber”, y según la altitud disminuye y aumenta el nivel de estrés, los altímetros visuales se utilizan cada vez menos. Como muchos pilotos de campana de alto rendimiento se han dado cuenta, los altímetros audibles son una ayuda muy poderosa para el acceso a la información que salva sus vidas. Ha llegado la hora de utilizar estas herramientas para los estudiantes y los paracaidistas intermedios.
Un patrón es simplemente una serie de puntos invisibles en el espacio, lo que algunos han llegado a referirse como «lugar de altitud-check-points»(ALC). Con tres o cuatro de ALC, un piloto de campana puede seguir una ruta planificada de antemano a través del espacio a un punto de aterrizaje predecible y pre-planificado. Cuando estos ALC se programan en un dispositivo sonoro como el Optima, con su impresionante tolerancia de + o – diez pies, las miradas de distracción en un altímetro visual se han convertido en prácticamente innecesarias. Y más importante, he descubierto que mis alumnos de Pilotaje de Campana que utilizan audibles son más conscientes de su entorno, y es mucho menos probable que se metan en el camino de otras campanas en su ruta hacia el aterrizaje o ALCs. Aún más importante, por tener sus ojos puestos «fuera de la cabina», por así decirlo, el piloto de campana aprende exactamente cómo se aprecia el suelo a varias altitudes. Por lo tanto, he descubierto que, si hay un fallo del instrumento (audible) en el futuro, se han «calibrado sus ojos», y son conscientes cuando están demasiado bajos como para ejecutar un giro duro, bajo, descendente.
Muchos instructores se han acostumbrado a la “enseñanza guiada de la línea estándar” antes que confiar en los instrumentos para el vuelo de campana y consideran estos no recomendables. Aunque hay un cierto mérito a la formación de los ojos para reconocer altitudes importantes, simplemente confiar en nuestros instintos innatos, no es una forma efectiva de lograr este objetivo. Cuando un beep suena en tu casco, que marca de 300 pies AGL, y resulta que estás mirando el suelo en ese momento, inmediatamente te conviertes en un piloto mejor. Además, cuando te centras en tu entorno, en lugar de en una esfera en la muñeca, es más probable que hagas las correcciones necesarias que conducen a la meta final. La razón principal de que falla el objetivo final del patrón es y será siempre la falta de maniobra cuando un cambio de rumbo es necesario. Cuando siempre sabes qué alto estas, y observas tu ubicación en relación al objetivo, es mucho más probable que puedas realizar la maniobra que te ponga en tu objetivo final de manera más segura.
Las preocupaciones de seguridad sobre el uso de dispositivos sonoros para volar en un patrón pueden ser tratadas con unas cuantas reglas sencillas:
La primera regla es clara, si no escuchas el primer pitido, se supone que el instrumento se ha quedado sin batería, o está programado incorrectamente. Cuando suene el patrón inicial, verificar que se trata la altura que se esperaba que fuera mirando en tu altímetro visual. Si no es así, o se oye nada en absoluto, usa el altímetro visual para el resto de del patrón de aterrizaje y cambia la batería o programación en el suelo. Por encima de todo, tus ojos son tu guía por defecto, y puede vetar lo que el audible te está diciendo, o no te está diciendo. Si no se ve bien, pon tu paracaídas sobre su cabeza y prepárate para un flare.
Ha habido muchos avances tecnológicos que han cambiado el deporte para siempre, y la información audible para el vuelo de campana está demostrando ser una de las más efectivas. Al saber exactamente a qué altura estamos en todo momento, podemos actuar en consecuencia. Podemos relajar más a medida que marcha nuestra aproximación a tierra, y disfrutar de la sencillez y la alegría de nuestro aterrizaje sin preocupaciones. Por encima de todo, la reducción de la tensión de cada piloto de campana, tanto de estudiantes como de expertos, se ha demostrado para permitir la plena expresión de la habilidad que la formación ha hecho posible. Cuando aceptamos esos avances, se puede crecer con mayor facilidad y convertirnos en los pilotos de campana que estábamos destinados a ser.
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