Saltos a gran altitud: HALO/HAHO (II)
En el post anterior hablamos sobre los saltos HALO HAHO, HOY os dejamos la segunda parte del artículo:
Por otro lado, hasta los 27.000 pies el proceso de la respiración es “a demanda”, que es el que normalmente efectuamos. Esto es, la inspiración para llenar los pulmones de aire la realizamos mediante un esfuerzo y cuando nos relajamos se produce la expiración de forma automática y así sucesivamente. Cuando estamos en altura y respiramos oxígeno a presión con mascarilla (hasta esos 27000 pies este es el proceso normal de respiración) efectuamos un esfuerzo para inspirar y el regulador nos proporciona el flujo de oxígeno a la presión suficiente para llenar los pulmones y al relajar se produce la expiración, pero por encima de esos 27.000 pies este proceso no es válido porque la respiración “a demanda” no aporta la suficiente presión para que el intercambio de gases se produzca y es entonces cuando el regulador debe ser cambiado para invertir el proceso de la respiración.
Es cuando pasamos a respiración forzada. Como la presión que nos aportaba el regulador hasta ahora ya no es suficiente para que haya intercambio de gases, debemos tener una presión bastante mayor para que si ocurra y esto hará que el proceso de la respiración sea exactamente el contrario de cómo era.
El regulador aporta oxígeno a gran presión y llena los pulmones cuando relajamos, es como si los inflasen con una bomba, y para efectuar la expiración debemos forzar la salida del dióxido de carbono venciendo la resistencia de la presión que se recibe, es como si se soplase contra esa bomba, de nuevo cuando relajamos la presión infla los pulmones y debemos hacer un esfuerzo para poder vaciarlos….y así sucesivamente.
Esta forma de respiración es válida hasta alturas de unos 50.000 pies pero para saltar por encima de esta altura ya no vale respirar con mascarilla y se tiene que pasar a traje con presión para todo el cuerpo, no exactamente como el de los astronautas pera sí bastante parecido.
La eliminación del nitrógeno de la sangre debe ser de más del 95% por lo que el proceso de respiración previa tiene que ser muy escrupuloso, la mascarilla debe ajustar perfectamente impidiendo que entre nada de aire y desde que comienza no se puede hacer ni una sola inspiración de aire exterior pues invalidaría todo el tiempo que se hubiera estado respirando oxigeno previamente. Si esto ocurre y estamos en tierra puede representar sólo un inconveniente, en cuanto que se tendría que abortar el intento de salto o reiniciar todo el proceso de nuevo, pero si ocurriera en vuelo además de abortar el lanzamiento, dependiendo de a qué altura sucediera, podría tener consecuencias bastantes negativas en cuanto al tema fisiológico para la persona, y la primera acción que se efectuaría para paliar la situación, sería hacer un descenso lo más rápido que permita el avión para llegar a alturas donde el nitrógeno que haya llegado a la sangre no produzca burbujas y permanezca licuado.
Hay que tener en cuenta que toda la respiración previa y la respiración durante el vuelo se hacen desde un sistema fijo al avión y que dos minutos antes del salto se cambia al sistema autónomo individual de cada saltador. Este cambio es un punto importante en la secuencia de toda la operación pues hay que cerciorarse claramente de que se está respirando del sistema autónomo antes de desconectar el sistema fijo del avión.
En 1966 hubo un proyecto en Estados Unidos para batir el récord de altura existente en posesión de Joe Kittinger y establecer uno nuevo, algo muy parecido al de Félix Baumgartner pero con los medios de aquella época.
Nick Piantanida fue el paracaidista que realizaría los saltos del proyecto, llamado Strato Jump. Hubo dos intentos que tuvieron que ser abortados y en el tercer intento, el Strato Jump III, cuando se encontraban en ascenso hacia 120.000 pies, a los 57.000, Nick sufrió una despresurización de su máscara que fue detectada por los técnicos de tierra; inmediatamente abortaron el intento desprendiendola góndola del globo cayendo esta a tierra mediante paracaídas. Nick sobrevivió al aterrizaje dentro de la góndola pero sufrió daños cerebrales irreparables que le mantuvieron en coma durante cuatro meses hasta que se produjo su muerte.
Como dije al principio, estos son aspectos muy importantes y que desconocíamos; esta desgraciada historia nos confirma que los saltos HALO HAHO a gran altura no era como ingenuamente pensábamos y lo que se necesitaba era ponerse una mascarilla y para arriba.
¡Cielos azules y buenos saltos!
Miguel Ángel Paredes es paracaidista desde el año 1970. Tiene más de 13.000 saltos. Durante más de 35 años ha formado parte de la BRIPAC, dónde ha sido miembro del equipo de competición por más de 10 años. Ha experimentado con todo tipo de paracaídas, tanto militares como deportivos. Fue de los primeros en el cambio de los paracaídas redondos a los actuales cuadrados, experimentando con los prototipos que surgieron a principios de los 70. También fue de los primeros en hacer saltos con oxígeno (HALO) a alturas por encima de los 33.000 pies. Realizó el primer salto tándem en Europa con su hijo Daniel de 8 años en 1985. Deportivamente ha conseguido innumerables logros en campeonatos nacionales e internacionales.
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